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miércoles, 9 de abril de 2014

Extracto de "Ficción": Experiencias de Tercer Mundo

Él

Su cuerpo fue encontrado sin rastro de violencia, incluso con cierta paz, sentado frente a la antigua mesa que usaba como escritorio. Sobre esta reposaba un cuaderno, abierto a la primera página, titulada: “Lo que no fui”.

El reflejo de la última expresión aun habitaba su rostro, una combinación de serenidad y satisfacción. Parecía que había deseado ese final, o al menos en ese momento había alcanzado sus expectativas. Aparentemente recién bañado, solo vestía ropa interior: calcetines, calzoncillo y camiseta; el resto de la ropa, la que regularmente usaba para trabajar, le rodeaba tirada en el suelo, como reptil que ha mudado de piel. No olía a muerte.

La vida era plana y, aunque la rutina y el tedio se habían apropiado de su tiempo, insistía en decir que todo iba bien. Cada mañana se levantaba impulsado por una extraña sensación de responsabilidad, realmente no le importaba mucho su trabajo, pero ya se había acostumbrado a vivir así; el trabajo no era siquiera un medio de supervivencia, simplemente pensaba que esa era la forma correcta en la que una persona debía vivir. Sus aspiraciones profesionales las manejaba igual, no era cuestión de perseguir una vocación, sino de ser responsable y tener un trabajo digno; valores que había aprendido de sus padres. Además, el pasado le había dejado claro que no era más que un hombre promedio viviendo en un mundo promedio; y que la definición de éxito apropiada para alguien como él sería vivir más allá de los 60 y criar hijos para alimentar el ciclo.

Hacía muchos años que estaba con ella. Desde muy temprano en la relación se dio cuenta que con ella se quedaría. Solamente tuvo que seguir los pasos determinados. Por alguna extraña razón -algo que él consideraba un error de juicio- ella decidió igual. Probablemente nunca comprendió el verdadero significado del amor; su forma de valorar las relaciones humanas no coincidía con las descripciones de los demás. Aun así, ella era su mayor y más efectiva fuente de felicidad.

Ocasionalmente su visión del mundo le impedía desenvolverse en la sociedad, aunque generalmente no representaba mayor obstáculo. Toda su concepción del mundo era una abstracción de la realidad, le gustaba pensar que veía todo desde una perspectiva artística.  

Antiguo Trabajo

Algo, que podría ser tomado como una mala decisión, lo llevó a buscar trabajo. Por casualidad y sin considerable esfuerzo lo consiguió. La cochambrosa dulzura del dinero se impregnó en su vida, iniciando un círculo vicioso cuyo rompimiento suele acarrear falsos y violentos sufrimientos. Como el chico obediente y responsable que fluye sin trabas por la primaria, fue su trayectoria por ese lugar. Los ascensos, más que reconocimientos parecían simplemente el grado siguiente. Así mismo, tal como en las instituciones educativas, el día de graduación llegó, la educación se quedó pequeña. Abandonó el lugar con una sensación de victoria truncada por la siempre presente nostalgia humana y el terror a la incertidumbre; inconscientemente influenciado por la sombra de su embrutecedora formación cristiana que le suspiraba pensamientos de esperanza, ocultando la inminente desolación que se aproximaba.



La vida le ofreció un atisbo a la plena libertad. Por una corta temporada estuvo suspendido dentro de la realidad, permitiéndose experimentar un total desapego a todo tipo de responsabilidades, entregándose al enriquecimiento egoísta de sus conocimientos. Destruyendo una parte importante de la viciada sistematización que en otro tiempo se había apoderado de su pensamiento.

viernes, 28 de marzo de 2014

Autodestrucción

Tengo un constante disgusto por las construcciones simbólicas, características de las culturas, que dan un sentido de pertenencia. Más aun cuando se adoptan símbolos sin la mínima idea o interés por su significado original. Pero al final de cuentas, cada quien puede inventar su propia realidad. Entonces, ¿por qué habría de molestarme?

Yo mismo soy un licuado intragable de ideologías y retazos de nociones culturales. Nacido y criado en Guatemala. Estratificable como clase media acomodada. No sé si por gracia de un demonio o desgracia de algún santo, educado en un colegio de clase alta (muestra del devoto esfuerzo de mis padres [sinceramente agradecido por el esfuerzo, en caso que este texto llegue a ustedes]). En plena adolescencia se modificó parcialmente mi situación civil de ciudadano a residente/ciudadano, tras reclamar exitosamente la nacionalidad de mi abuelo. Posterior a eso se presentó el requisito de decidir la ruta por la que se encaminaría mi progreso personal y desarrollo profesional. Consecuente a mi dificultad para decidir, resulté arrojado al sistema laboral, para aprender la “importancia de una profesión”. Tras esto, como parte de mi proceso de maduración, estalló una crisis espiritual que terminó de devastar las tambaleantes fantasías que, a mis ojos, sostienen toda religión. Finalmente, después de cerca de ocho años deliberando, fui capaz de decidir hacia donde quería dirigir mis esfuerzos profesionales. Dos años después me casé.

Todas estas cosas, en vez de sumar a mi identidad, me dan la sensación que la diluyen. Como si no he tenido la oportunidad, en ningún momento, de tomarme el tiempo suficiente para digerir las experiencias, comprender lo que sucede en mi entorno, comprender cómo todo esto me afecta y, finalmente, conformarme. Pero, ¿qué tiene que ver todo esto con los símbolos culturales y sus significados y el sentido de pertenencia? Sencillamente todo.


Concentrémonos en el evento casual de mi nacimiento. No recuerdo cual es el término políticamente correcto, pero soy un ladino – o mestizo – nacido en Guatemala. Un país post-colonizado que se ha quedado encerrado en múltiples círculos de sub-colonización; un país con tanta diversidad que ni la más infame desgracia logró unificar, ya fuera por resistencia o sumisión; un país en el que todos se consideran ajenos mientras recitan plegarias de solidaridad. Como consecuencia obvia, uno se ve forzado a integrarse a una de estas fracciones en las que se ha pulverizado el significado de la hegemonía. Se hace necesario combatir y reprimir partes fundamentales del individuo en este proceso. Me atrevo a decir que, en nuestro intento de formar parte de una noción de cultura, nos autodestruimos. Y eso simplemente es patético, que en su proceso de construcción, uno se destruya.

domingo, 13 de octubre de 2013

Esperando que mañana no llegue

Quisiera poder detener el tiempo, así evitar que este día pase.

Quisiera hacer que esta noche no termine, para que mañana no llegue.

Quisiera encontrar una forma de huir del día que sigue a éste; ese que me acosa, que juega conmigo como un niño juega con un insecto, disfrazando de inocencia la crueldad.

lunes, 30 de septiembre de 2013

Una Pequeña Excepción

Por un momento me sentí feliz; hasta que me dí cuenta que este día era una excepción, igual que los otros 2/7 de mi vida. Así es como la felicidad y la satisfacción en muchas vidas se convierten en algo excepcional, haciendo del sacrificio, el tedio y el aburrimiento algo normal, que se acepta hasta con cierto orgullo. Nos resignamos a vivir de esta forma, justificando como necesidad nuestra agonía mientras nos entregamos a quienes nos someten.

martes, 13 de agosto de 2013

La dieta de los poderosos

Caí en una isla en la que solo crecen pimientos picantes. 
Pequeñas y delicadas flores blancas 
resaltan de los matorrales que esconden, 
entre las sombras, los chiles que portan los colores del infierno, 
decorados por la mano del diablo*: el único alimento. 
La supervivencia se convierte en un sufrimiento: 
o te ardes el hocico comiendo o no comes.


Con el tiempo se entumece el paladar, 
hasta se desarrolla el gusto por esto que, 
en principio, es doloroso; inhumano. 
Lo que me mantiene vivo me hace llorar. 
Mi existencia se convierte en duelo interminable.

Han pasado unos días. 
He identificado cuales son más agresivos al paladar, 
pero en la digestión no encuentro diferencia. 

Mis ojos están muy irritados, 

por comer estos frutos malditos 
mis lagrimas se han envenenado; 
también mi sudor. 

Lo que sea que hace a estos chiles tan inhumanamente picantes 

ahora brota de mi interior, corre por mis venas; 
lo que me da vida me corrompe desde dentro.







*Entiéndase "diablo" como personificación del mal, de lo repulsivo, odioso, etc. 

martes, 6 de agosto de 2013

As the Night Goes By

Have you ever felt like dying? While lying on your bed, waiting as the chemicals kick in. You can feel your heart pounding on your ears, really strong at first but slowing down, getting weaker. You take a deep breath; realized you were gasping. You fight not to close your eyes; you’re afraid you’ll never open them again. You don’t want to fall asleep, but there isn’t much of a choice by now. Your legs and arms feel heavy, like you’re melting away. You can’t keep your eyes open anymore; your brain feels numb. You lose your pulse! Can’t move! You can't listen your pounding heart anymore! You can certainly feel it stopped, you're fading.  

Almost convulsing you catch your breath; you shiver and put your hand on your chest to feel the violent beating of your heart. 

Then start all over again, as the night goes by.

martes, 2 de julio de 2013

A toda prisa, hacia ningún lugar...

Ante una cálida muestra de afecto dio la espalda y huyó. 

Ahora experimenta la caída a la nulidad. Se tensan los hilos que le mantienen estable. La existencia, finalmente, se muestra como exigencia de adaptación; en la proximidad respiran oxígeno denso, pero donde él aspira es ligero. Esta falta de oxígeno le dificulta el movimiento, pero maximiza el pensamiento - al menos la ilusión. 


Su mente se hace más ligera, buscando sincronía con el contexto. El sentido desvanece, un fresco torrente le ataca; cede. La imaginación vuela delante, tras ella corre, desesperado. Sus pasos, aunque débiles e inciertos, no se detienen. Cada golpe de sus pies retumba en sus oídos, evacuando la resistencia, liberando lastre. 


Deja que la historia se cubra del polvo que levantó al correr y de las cenizas que se desprenden de su interior calcinado. Ha encontrado vigor en esta recién conocida ligereza, sus pisadas se fortalecen y su ritmo se acelera. 


El camino ahora es ascendente, parece tortuoso; una niebla pesada se posa enfrente. Su visión se pierde entre la niebla y la ceguera se hace amiga. En la obscuridad una nueva perspectiva se muestra. Tras la ceguera absoluta se esconden respuestas, respuestas que no se ven, que no son para todos; la obscuridad le ilumina. 


El vacío se hace pesado. 


La nulidad amasa extraordinario valor en la altura. 


Su cuerpo es desintegrado por la fricción con el ambiente, su mente se resguarda en el vacío, donde, finalmente, conoce la libertad.

viernes, 14 de junio de 2013

la vocecilla

Una vocecilla susurra ideas inaudibles; pero es un progreso. 

Antes solo se escuchaba un ruido, una interferencia, en fin, algo totalmente incomprensible. Pero ahora, se empieza a aclarar, aún no se comprende pero ya se reconoce una voz, quizá una intención.


Me pregunto qué querrá decirme, qué secretos esconde. ¿Podrá ser que tiene prisionera a mi libertad? 

jueves, 1 de julio de 2010

2010 - julio - 1

Cansado, ¿por qué tan cansado?
Seguro por pura frustración.
Seguro por tanta mierda que me toca tragar.
Seguro por cobarde, 

           por dejarme; 
           por dejar que me llueva mierda y no usar un par de huevos de paraguas.

Frustración, 
la hermana sucia de la puta depresión.
La excusa perfecta para ser infeliz.
La excusa perfecta para ser un inepto, 
                            para simplemente ser nada...

Y detrás de todo, opciones; 
regalos de la sabia naturaleza. 
Las ironías de la vida, la naturaleza sabía lo jodidos que íbamos a estar, que hasta nos creó sustancias para escapar.

¡Ay vida!
¿Por qué sos tan difícil?
¿Por qué sos tan confusa?

¿O seré yo el imbécil 
que se ahoga en el vacío de mi propia frustración?

¿Por qué tan pesimista?
¿Por qué tan deprimente?
¿Será porque realmente no hay sentido?

Al sentarme a observar la interacción de la gente,
al analizar las cosas que hacemos, y las que dejamos de hacer,
¡somos complicadísimos!

Los seres humanos, en nuestro intento por facilitarnos la vida,
¡la hemos convertido en algo tan complicado!